Esta semana quisimos aprovechar que Macron vino de visita a México (a firmar quién sabe qué perrada de un códice irrelevante), nos fuimos a intentar desayunar como franceses, pero con todo lo que ha estado pasando estos últimos días en el país, la depresión nos llevó a terminar chupando como gringos en Cancún en el spring break del 2007. Primera parada: Sr. Croissant, la nueva panadería. Segunda parada: Despacho Margarita, un bar que podría muy bien llamarse “Despacho Gentrificador”, pero con margaritas tan buenas que te olvidas que estás pagando precios dolarizados.
Carísimo de Paris.
Sr. Croissant (prado norte 218) que conocíamos ya en la condesa, dicen ser un laboratorio de pan (whatever that means) y acaba de abrir en las lomas. El lugar es chiquito, elegante y perfectamente “instagrammeable”. Todo huele a gloria y a mantequilla de vaca de libre pastoreo en los alpes franceses. Los croissants hacen un performance ASMR cada que los muerdes, y el de almendra está tan bueno que hasta Macron se quedaría otro sexenio. Tienen más como el de chilaquiles, concha y mezcla de pancakes con croissant pero no nos atrevimos a tanto. El café, eso sí, cuesta como si lo hubiera hecho Brigitte Macron herself (o himself?), pero se le perdona. Recuerden que si piden un “cruasán” los van a barrer, entonces vayan practicando el “kwasón” antes de llegar.
Must: El de almendra.
Blancometro: ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️
Carometro: $$$
Spring Break CDMX
Despacho Margarita (Córdoba 115, Roma Norte) tiene claramente como target market a los gringos que vienen a México a decirle “grrracias” a los meseros. Pero la neta sus margaritas son perfectas: frías, balanceadas y fáciles de repetir. El lugar tiene ese look de “Tulum meets La Roma” que te da pena disfrutar, pero terminas subiendo stories igual. Ideal como para ir con amigos para olvidarte de la semana, tienen diferentes tipos de margaritas (no sabíamos que existieran tantas). tienen como garnachas y así para picar, pero lo fuerte son las margaritas.
Must: Por si no te quedo claro, una margarita.
Blancometro: ⭐️⭐️⭐️
Carometro: $$$
Frankenstein. Después de una larga espera, llega a Netflix la última entrega de uno de los dos mexicanos que nos hace creer que hay esperanza: Memito Del Toro. La historia está basada en la obra de 1818 de Mary Shelley (o sea, el libro original). Está de más decir que visualmente quedó espectacular y tiene todo su sello. En entrevistas ha dicho que (como todo buen nerd) quiso recrear partes del libro que en otras adaptaciones no se tomaron en cuenta.
Tuvo todo el varo del mundo (y libertad creativa) para armar su versión y un cast de lujo:
Oscar Isaac (Dune, Star Wars) Jacob Elordi (Euphoria y motivo por el que tu novia te obligará a verla), Mía Goth (X) y Christoph Waltz (Bastardos sin Gloria). Pide una botana, abre un vinito y ve cómo Del Toro te hace creer de nuevo en los remakes.
Blancómetro: ⭐️⭐️⭐️⭐️
Tinderella. Disney+ nos trae Match: la reina de las apps de citas. Siguiendo la fiebre de hacer películas de empresas exitosas, que van de Facebook hasta los cheetos flamin’ hot -pasando por Uber, BlackBerry y WeWork- ahora le tocó turno a Bumble. Lily James (sí, Cenicienta) interpreta a Whitney Wolfe Herd, fundadora de la app y ex Tinder, que decidió crear su propio imperio después de que la corrieran del club de los Chads que deslizan a la derecha. Visualmente se ve bien, se siente inspiradora, pero termina siendo más LinkedIn story que historia de amor. La experiencia es muy similar a ver un product launch de Apple: bonito y bien hecho, pero no agrega mucho valor a tu vida.
Blancómetro: ⭐️⭐️⭐️⭐️



